La leyenda
cuenta, que Dios, al observar todos los males que aquejaban al pueblo, decidió
crear a una criatura que atemorizara al
ser humano pero con el fin de protegerle.
De allí
surge un ser con morfología de perro, con los ojos rojos y de color blanco como
las nubes que se encargaría de proteger. El demonio, enojado por la acción del
Padre, formó una copia idéntica pero de color negro, que provoca pavor en aquel
que le observa.
Existen por
tanto dos Cadejos: el blanco y el negro; el primero representa la bondad y a
quien se le encuentre lo cuida. El Cadejo blanco representa a un espíritu de
luz que protege a todos los fieles creyentes y nunca permite que el cadejo
negro se roba el alma de los recién nacidos o de los niños pequeños.
El negro,
por el contrario, de ser molestado atacará a quien lo perturbe. El Cadejo
simboliza al espíritu del mal que persigue a sus víctimas, los hipnotiza con
sus enormes ojos color rojo escarlata y cuando los atrapa les roba el alma.
Incluso el Cadejo blanco eventualmente defiende a quien resguarda al encontrar
el cadejo negro en su camino, trabándose entre los dos una fiera lucha. Se dice
que el Cadejo negro es normalmente ahuyentado con el humo del incienso que en
El Salvador se conoce como Sahumerio.
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